Post de Silvia Romero
En un mundo en que los
consumidores están saturados de mensaje publicitarios y promociones de
marketing, mensajes que se transmiten de una manera unidireccional, de la
empresa hacia las masas en un monólogo que no admite respuesta, no podemos
negar la importancia y el éxito que están adquiriendo las nuevas herramientas
de comunicación que consiguen transmitir el mismo mensaje, pero de una manera
mucho más atractiva y agradable para el consumidor.
Esta efectiva forma de
comunicación, se consigue con las IMC
(Comunicaciones de Marketing Integradas),
que tratan de coordinar de forma efectiva todas las herramientas de
comunicación dentro del mismo programa de marketing, para maximizar el impacto
del mensaje.
Una herramienta útil para una estrategia de
comunicación efectiva son los eventos, que podríamos definirlos como “Actos presenciales – organizados y
planificados dentro de la estrategia de comunicación de marketing de una
organización – con el fin de trasladar un mensaje sobre sus productos, marcas o
sobre la propia organización, a un público objetivo, para provocar una
respuesta, o para reforzar, crear o modificar una actitud, a partir de la experiencia del público”. (Galmés, 2010).
Por tanto, los eventos de comunicación de marketing
son una herramienta importantísima para el marketing experiencial. Debido a la
interacción que permiten, utilizando la experiencia para comunicar el valor de
marca, crear nuevas o mejores relaciones interpersonales, probar y vender productos, se han incrementado
notablemente el número de eventos de marketing para atraer al consumidor de una
manera no invasiva, diferente y mucho más seductora, ya que le da la
oportunidad de formar parte una experiencia atractiva.
Esta experiencia que se lleve el consumidor
será el resumen de cómo el público objetivo habrá entendido el mensaje del evento, lo que condicionará sus comportamientos con respecto a la organización.
Por ello, y cada vez más, las organizaciones se dan cuenta de los beneficios
que las relaciones interpersonales con sus públicos les reportan, entendiendo
la importancia de los eventos como experiencia de marca y dándole mayor
protagonismo a la realización de eventos corporativos.
A través los eventos corporativos, definidos como
“actos en vivo organizados en función de los intereses comerciales o
empresariales de la organización para trasladar un mensaje a un público
concreto y provocar una reacción”, conseguimos esta interacción, que ha de ser
positiva, con el consumidor. Son
comunicación en vivo.
Desde el punto de vista
de la organización de un evento, debemos procurar que la experiencia no
solamente transmita el mensaje deseado de forma positiva, sino que además sea
una experiencia única, que el consumidor se involucre y participe en el evento
activamente. Que lo seduzca, lo disfrute y, posteriormente, lo recuerde. Y que
lo cuente.
Pero para que el evento tenga el
éxito esperado, debe cuidarse hasta el más mínimo detalle. Nuestro público
objetivo sólo tendrá una primera impresión de nuestro evento, de nuestro
producto, nuestra marca, en definitiva de nuestra organización. Y por ello,
debemos cuidar los detalles, pues serán los que nos ayudarán a transmitir el
mensaje deseado. No está de más recordar que lo que no emociona, no se
recuerda. Y para emocionar, todo cuenta:
el lugar de celebración, la amabilidad del personal, el decorado acogedor, la
ordenación de las personas, los colores agradables, la iluminación, la música,…
todo cuenta, porque todo comunica.
Absolutamente todo en un evento
está pensado para trasmitir un mensaje, y para llegar al público, para llegar a
las personas. Porque nuestro público, nuestros consumidores, son personas, que se
aburren, se alegran, se contienen, se involucran, se divierten, sienten: se
emocionan.
De ahí que la clave del
éxito de un evento, sea aquel en el que el público entienda nuestro mensaje,
pero donde no es un mero espectador, sino que se sienta protagonista, que lo cautivamos y logramos
que participe en la experiencia con todos los sentidos. Que no se le olvide
fácilmente porque ha vivido una buena experiencia.
Cada evento es único e irrepetible, y la experiencia de vivirlo,
emocionar al público por formar parte de
él, crear un recuerdo positivo transmitiendo el mensaje que deseamos a través
de un impacto emocional, será lo que logre provocar una reacción positiva en
nuestro público, y ese debería ser nuestro principal objetivo como
organizadores de eventos.
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